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Reproducción Parto en la perra

Parto en la perra

Una de las primeras atenciones que reciben las crías, sobre todo en el caso de los mamíferos, es la limpieza. En cuanto nacen, la madre casi siempre les lame todo el cuerpo, las examina con cuidado y compruebe que están completamente libres de membranas placentarias. En muchos casos, la madre se come la placenta y corta con los dientes el cordón umbilical, que también débora parcialmente. Con frecuencia presta especial atención durante este proceso a la limpieza del hocico de las crías, acción que estimula el inicio de los movimientos respiratorios, en caso de que todavía no hubiera comenzado. Los prolongados lametazos que recibe la cría húmeda los realiza para secarle el pelo y protegerlo del frío.

En muchas especies, es esencial que la madre proceda a lamer la región anal de las crías, para estimular la micción y la defecación, sin este estimulo los recién nacidos son incapaces de eliminar los productos de deshecho del organismo. Con frecuencia, la madre se come los productos excretados durante los primeros días, de esta manera mantiene limpia la zona de parto, evitando infecciones para la camada  y además en vida libre los cánideos en general evitan la atracción de depredadores. Otra de las funciones de la limpieza de los recién nacidos es imprimir en la memoria de la madre la identidad de los cachorros. Los olores individuales de las crías permiten a la madre distinguir a sus cachorros. Estudios realizados en ovejas y cabras han permitido establecer el tiempo que necesita una madre de estas especies para reconocer a su cordero o a su cabrito de el resto del rebaño. En el caso de las ovejas, es necesario un periodo de olfateo de unos veinte minutos, mientras que las cabras sólo necesitan entre cinco y diez minutos. En la perra vería de acuerdo a el numero de crías, ya que presenta mayor tiempo un cachorro si es un único cachorro a si son camadas mas numerarias. Si la madre sólo tiene la oportunidad de ocuparse del pequeño durante un periodo más breve, aceptará que se lo sustituyan por otro, sin embargo si ha podido alcanzar un tiempo el “tiempo critico” de su especie, ya no aceptara ninguna cría que no sea la suya. Mas adelante, otras señales se añadirán al olor para que la madre pueda identificar a su cría. Además de su fragancia individual, la reconocerá por el tono de sus vocalizaciones (ladridos, aullidos y ladridos) y su aspecto. Muchos mamíferos hembras conservan la costumbre de limpiar a sus crías mientras estos crecen. Las monas, en particular, dedican todos los días varios minutos a rebuscar partículas o ectoparásitos del pelo, este rito no solo sirve para limpiar a las crías sino también para fortalecer el vinculo familiar, este mismo mecanismo funciona cuando la perra limpia a sus cachorros para mantenerlos limpios, fortalece el vinculo con sus cachorros.

La leche materna es el alimento básico de las crías de los mamíferos, un paso evolutivo que otorga preferencia a las madres y no a los padres, el cuidado de las crías durante los primeros días de vida, succionar el pezón materno es la principal actividad de los cachorros. Las diferentes especies presentan distintos sistemas de a la hora de amamantarse, en algunos casos no existe un orden establecido, el primero en llegar es el primero en comer del pezón que tenga mas cerca. Sin embargo, en las especies con garras afiladas, como el caso de los felinos, el vientre de la madre correría demasiados riesgos si se produjeran disputas por la posesión a la hora de alimentarse en estas especies , cada cría desarrolla una preferencia especial por uno de los pezones maternos y se encaminan directamente al suyo cuando la madre se echa en el suelo. Cada gatito puede reconocer “su pezón”por su olor individual, que él mismo la ha impartido con sus succiones y lamentazos en ocasiones anteriores.

También los lechones disponen de su propio pezón, pero en este caso el motivo es ligeramente diferente. Los pezones más cercanos a la cabeza de la madre producen mas leche y los primeros cerditos en nacer los buscan instintivamente. A medida que van naciendo, los lechones se apropian del pezón mas cercano a la cabeza de la madre que hayan dejado libre sus hermanos, una vez colocados en sus respectivas posiciones, los cerditos volverán a adoptarlas en todas las comidas futuras, su organización es tan perfecta que es posible pintarles letras en el lomo para formar palabras cada vez que se alimenten. La mayoría de las madres sólo amamantan a sus pequeños, pero algunos mamíferos tienen una vida tan comunitaria que las hembras se prestan a alimentar a cualquier cría hambrienta. Es el caso por ejemplo, de los perros cazadores africanos, que cazan en jauría en las sabana, en estos grupos es posible ver una sola hembra soportando a todo el grupo de cachorros, que chillan y la persiguen para que los amamante. Cuando los cachorros dejan de mamar, también son alimentados de manera comunitaria por contenido gástrico que regurgitan los adultos, independientemente de que sean hijos propios o ajenos.

En la perra la impronta tiene lugar rápidamente durante las primeras fases de la relación progenitores-crías. Durante un breve y sensible periodo, los adultos y los pequeños adquieren una fijación mutua e irreversible. Esta fijación requiere intimidad y la separación puede producir ansiedad en la perra. Para que una estrecha relación de este tipo funcione, es necesario que la identificación de los individuos implicados sea exacta. No se trata únicamente de reconocer a un individuo de su propia especie, sino de establecer características intra especificas que permitan reconocer a un individuo como la propia madre o el propio hijo, sin riesgo de confundirlo con otro. Durante el tiempo en que un animal joven vive con un adulto, se familiariza no solo con el aspecto, los sonidos y los olores típicos de todos los miembros de su especie, sino con los que son propios de un individuo único. Estos dos procesos de aprendizaje son esenciales para la vida adulta. Las crías incorporan con todo detalle el aspecto de sus padres, lo almacenan en la memoria y cuando llagan a adultos responden sexualmente a individuos que tienen un aspecto aproximado al de sus propios progenitores. Por lo tanto la impronta tiene un proceso doble, en parte positivo y en parte negativo. La parte positiva garantiza que las crías permanezcan junto a sus padres durante la infancia, y la segunda parte negativa asegura que al llegar a adultos no elijan como compañeros a sus parientes cercanos.

El parto en los lobos

Las lobas gestantes fabrican su nido, que por lo general es un hoyo profundo cavado en un terreno arenoso con una entrada lo suficientemente grande como para que entre un animal adulto, alrededor de tres semanas antes del parto, esto ha sido verificado por los hallazgos de rastros de animales muertos arrastrados hasta más de un kilómetro de distancia del nido.

 Pueden verse varios nidos cavados por la hembra gestante y otros miembros del grupo ya sea muy cercanos o tan separados como más de 10 kilómetros de distancia. Se sabe poco de las excursiones que hace la hembra durante este periodo (Young) pero al parecer la hembra ya nos se aleja mucho del nido antes de las tres semanas del parto.

También se ha reportado el uso de nidos abandonados, hoyos en la base de los árboles grandes, en troncos caídos, en cuevas rocosas o simplemente sobre superficies mullidas a ras del suelo.

La siguiente descripción es típica de un nido de lobo. La entrada mide entre 40 y 65 cm de diámetro, por lo general de forma oval; el túnel puede ser del mismo diámetro o mayor, generalmente extendiéndose de 3 a 7 metros hacia dentro de la tierra. Al final del túnel se encuentra la cámara grande donde se mantiene a los cachorros recién nacidos y no se usa ningún material como cama. Cada nido puede tener varias entradas o túneles y se encuentra una montaña de arena frente al túnel.

El sitio para el nido generalmente  es un área elevada cerca de una fuente de agua. El tipo y cantidad de vegetación alrededor del nido pueden variar. Algunas veces la loba cambia de nido a sus cachorros. Como se menciono anteriormente la hembra gestante permanece en la cercanía del nido tres semanas antes de que nazcan sus crías ( la duración promedio de la gestación en la loba es de 60-63 días) y al final del tiempo de la gestación la loba pasa mucho tiempo durmiendo y descansando. Cerca de un día antes del nacimiento, la hembra se confina al nido. Cierta inquietud y cambios frecuentes de posición, marcan el inicio del parto y cuando comienzan las contracciones uterinas, la loba orina con frecuencia y se estira casi cada díez minutos. Finalmente se estira más, ya sea cuando está sentada o en posición de cuclillas para orinar y entre las contracciones ella gira para examinar y lamerse la vulva.

Durante el parto los cachorros se presentan a intervalos irregulares, que puede variar en intervalos entre los 5 y los 60 minutos. Cuando nace el primero de los cachorros, la madre lo atiende, rompiendo el saco amniótico y removiéndolo con lamidas vigorosas. En los siguientes minutos masca el cordón umbilical 4 o 6 centímetros de distancia del cuerpo del cachorro y lo consume. La loba intenta limpiar sus miembros posteriores, pero pasa mas tiempo limpiando y lamiendo al cachorro para secarlo y estimular la respiración. Cuando esto termina , ella se hace ovillo a rededor del cachorro y descansa hasta que comienza la expulsión del siguiente cachorro.

La siguiente descripción de del nacimiento de una camada la hace la Dra. Diana Landau, autora del libro “Wolf, spirit of wild”: “Durante horas obscuras , la hembra de lobo gris hizo varias salidas de su nido a la superficie, y se veía atacada por olas de temblores que principiaron más temprano. Las salidas a la superficie se hicieron más cortas, incluso no salió al arroyo para beber agua. La hembra sintió el primer retortijón debajo de su caja torácica, era la señal de que se aproximaba el nacimiento de los cachorros que gestaba ya desde hace 66 días, tres días mas de lo normal. Pasó otra hora mas y los retortijones se convirtieron en espasmos rítmicos, y el primer cachorro nació rápidamente, empujado por contracciones musculares muy poderosas. El aire del nido se torno denso con el olor  de los fluidos placentarios que la loba lamía de los cachorros tratando de sacarlo y limpiarlo, momentos después de la expulsión la loba cortó el cordón umbilical. El fenómeno del parto es un proceso instintivo y las reacciones heredadas ayudan a mejorar cada temporada de nacimiento. Otra hembra aullaba fuera del nido, la hembra en trabajo de parto escuchó. La noche había pasado, la respiración de labor del parto cesó después del nacimiento de cuatro cachorros; la hembra dormito para recuperar la energía gastada durante el trabajo de parto. En la oscuridad ella encontro a todos los cachorros con la nariz, ella los rodeo metódicamente sobre sus espaldas para facilitar la limpieza, mientras se lamía su propia vulva, que continuaba con fluidos del parto.

Estiro su cuello hasta que quedo estirado de lado, haciendo más fácil  para los cachorros el encontrar el pezón de la madre, posteriormente la loba olfatea el aire del nido para , verificar que no hubieran intrusos en la cercanía.”

Lo que diferencia el comportamiento maternal entre la perra son los miles de años que el hombre ha intervenido en la selección artificial, modificando el lugar del parto, la ayuda que se presta a la perra en el parto y la asistencia en el lavado, acicalado y alimentación de las camadas.

Parto en la perra

La perra al igual que la cabra, es una especie que depende de la progesterona secretada por el cuerpo lúteo para el mantenimiento de la gestación. La presentación del parto esta regulada por el feto vía las secreciones de la corteza adrenal. La pituitaria fetal, secundaria a algun factor relacionado con el estrés, secreta ACTH, la cual causa una secreción glucocorticoide por la corteza adrenal fetal. Estos glucocorticoides fetales probablemente impulsan la síntesis de estrógenos en la placenta mediante la inducción de enzimas aromáticas placentarias.

El aumento de la estrogenemia incrementa la síntesis y liberación de prostaglandinas F2 alfa en la placenta y posteriormente en el miometrio. En el parto el endometrio tal ves sea el sitio mas importante de síntesis de prostaglandina F2 alfa. Es probable que en el cuello del útero, la placenta y las membranas fetales también se traduzcan prostaglandinas. La gestación parece inhibir la producción de prostaglandinas hasta la ultima parte de la gestación cuando las alteraciones en la fisiología promueven la síntesis y liberación de las mismas.

Se considera que los estrógenos en general aumentan la síntesis de prostaglandinas en tanto la progesterona antagoniza el efecto. El aumento de secreción estrogénica cerca del parto, combinado con la disminución de progesterona conduce a la superproducción de prostaglandinas. Asimismo la oxitocina estimula la liberación de prostaglandina F2 alfa directamente desde el útero. (en la oveja, el estradiol ha demostrado aumentar este efecto mediante el efecto  del incremento en el número de receptores de la oxitocina en el endometrio, mientras la  progesterona tiene el efecto inverso. Esto significa que el estradiol puede promover en forma directa la síntesis y liberación de prostaglandinas mediante un mecanismo oxitocina-dependiente. Así existen dos rutas para incrementar la producción de prostaglandinas en el parto y ambas comprenden una elevación en la proporción estrógeno : progesterona.

La prostaglandina F2 alfa promueve la regresión luteal ( acción luteolitica). La concentración de progesterona en el plasma cae verticalmente la que elimina el “bloqueo” sobre la concentraciones del miometrio, al mismo tiempo que también aumenta la síntesis y liberación de la prostaglandina F2 alfa. Entonces la prostaglandina F2 alfa lleva a las contracciones del miometro. El parto sólo se puede presentar después de que la progesteronemia declina en forma brusca. El incremento en la concentración de prostaglandina F2 alfa  en la vena uterina procede a la declinación final de la concentración progesterona en 20 horas y se anticipa al parto en 48 horas.

El parto puede ser inducido prematuramente mediante la aplicación de ACTH en la madre. Esto es compatible con la secuencia de eventos conocidos. La consecuente elevación de la proporción estrógenos : progesterona también facilita la liberación de oxitocina por la pituitaria posterior. Un fenómeno reforzado por el efecto de la retroalimentación positiva de las contracciones uterinas  y la dilatación cervical a medida que el parto avanza (Reflejo de Ferguson),. Los efectos de la oxitocina sobre la actividad miometrial parecen estar mediados en gran parte por las prostaglandinas.

La concentración de prolactina comienza a incrementarse en las perras gestantes aproximadamente de 30 a 40 días antes del parto. La concentración de prolactina se eleva de un modo progresivo, llegando al pico el día del parto o apenas después y se mantiene alta durante un periodo de 10 a 14 días. Con posterioridad, las concentraciones declinan hasta los niveles básales 45 a 55 días después del parto. La separación de la perra de todos los cachorros que están amantando da como resultado una rápida declinación en las concentraciones de prolactina.

La relaxina es una hormona descubierta en 1926, es el único péptido hormonal producido en el ovario, especialmente en el folículo y subsecuentemente en el cuerpo lúteo. El útero y la placenta también son sitios potenciales en la producción de relaxina. El papel de la relaxina durante el parto es su capacidad para elongar el ligamento colágeno interpubico y de esta manera permitir la separación de los huesos púbicos. Esta separación es esencial para el nacimiento en el caso de las especies que nacen relativamente maduros y grandes. La relaxina también puede ser responsable de la inactividad uterina, en especial en el periodo inmediato a la expulsión. La relaxina puede tener una función en la preparación del miometrio para su posterior sensibilización a la oxitocina mediante la inducción de la formación de esta última. También se ha dicho que la relaxina toma parte en el control de la contractibilidad uterina antes de la implantación, que influye en el espaciamiento de los balstocistos. La relaxina cumplen papel mayor junto con los estrógenos, progesterona y prostaglandinas en la creación de cambios en el colágeno estructural cervical. Estas modificaciones llevan al incremento de la desensibilización del cerviz en el parto.

Unos días antes del parto la perra se torna inquieta y nerviosa, esto puede manifestarse ya sea a que la perra siga al dueño excesivamente o que tienda a echarse por un momento para volver a parase y echarse de nuevo y así, justo antes del parto se incrementa, asimismo el lamido de las áreas abdominales y genitales, como si estuviera continuamente revisando las secreciones.

Durante el paro los cachorros son expulsados en dos etapas:

I Preparación.

II. Expulsión del producto y expulsión de la placenta.

El primer estadio inicia con las contracciones uterinas y finaliza cuando el cerviz se dilata por completo. Las contracciones de la musculatura uterina no suelen verse desde el exterior. Estas contracciones se producen a intervalos regulares pero progresivamente son mas cortos y generan una fuerte presión intrauterina. El acortamiento de cada célula muscular durante la contracción es seguido durante la relajación por la falla de la fibra para retomar su longitud inicial. Este fenómeno se le denomina braquistasis. La duración del estadio I del parto promedia de 6 a 12 horas. Durante este lapso la perra puede mostrarse inquieta, nerviosa, anoréxica, jadea, vomita o camina. Durante esta fase o al final de esta la perra busca el aislamiento y/o “nido”.

El estadio II comienza con la dilatación total del cerviz y finaliza con la expulsión completa del producto. En este estadio las contracciones abdominales se tornan más intensas y el producto se mueve rápidamente a través del canal de parto. En el momento en que la cabeza del cachorro aparece en la vulva, la hembra generalmente rompe las membranas fetales con los dientes, con estos tirones en las membranas la perra ayuda a pasar el producto por el canal de nacimiento. Este estadio se continúa después de la expulsión del producto y concluye con la expulsión de la placenta que la madre consume instintivamente, generalmente la placenta es expulsada 5 a 15 minutos después del nacimiento de cada cachorro, en ocasiones 1 o 2 placentas pueden seguir al parto de dos cachorros que no presentaron placenta en el nacimiento. La perra comienza a lamer vigorosamente al recién nacido. Esto causa por lo genera los primeros movimientos respiratorios, la madre continua lamiendo y acicalando (entendiendo por acicalado la limpieza del cachorro) a los recién nacidos, una vez que la placenta fue consumida, la perra generalmente corta mordiendo el cordón umbilical, el jalarlo y morderlo causa una constricción de los vasos sanguíneos del cordón, ocasionalmente el movimiento del recién nacido y el de la madre causan la ruptura del cordón. La madre se concentra mas en la región anogenital del recién nacido lo cual causa la defecación y expulsa el meconio.

En el tiempo que se da entre los intervalos de la expulsión la madre continua lamiendo a los cachorros, así como su propia región genital, y también limpia la cama que ha sido manchada con fluidos amnióticos (la madre lame su propia región genital, incluso mas que la de los cachorros). El comportamiento de lamido parece responder más a presencia de fluidos que como respuesta al recién nacido.

Los intervalos entre nacimiento de dos productos pueden ser muy diversos, variando desde 5 minutos hasta una hora.

El orden de los nacimientos por lo regular se alterna entre ambos cuernos uterinos. En un estudio de 14 perras, nunca se observó un cuerno vacío por completo antes que el otro comenzara a expulsar los cachorros.

Los siguientes es el informe del Dr. Norman Bleicher, de un estudio efectuado en 18 perras gestantes, diez de estas perras fueron cruzadas de varias razas con peso que iba de 8.5 a 21 Kg. Las restantes8 fueron; 2 Beagle, 2 Cocker Spaniel, 1 Fox Terrier, 1 Boxer, 1 Cobrador de Labrador y 1 Poodle Estándar, en todos los casos la raza de los machos no fue conocida.

El tamaño de la camada vario entre 2 y 10 cachorros, con un promedio de 7. Las primeras 2 hembras tuvieron su parto en cajas de laboratorio de 88 por 72 cm, con la puerta abierta para tener una visión sin obstrucciones: Se colocó un riel como guarda en el frente de la caja para prevenir que los cachorros salieran. La mortalidad de los cachorros fue alta y las perras estuvieron en constante estado de agitación.

Esto fue remediado construyendo cajas de fibra de vidrio con dos compartimientos, se corto un trozo de pared en ambas cajas para permitir el paso de una a otra, cada caja media 88 por 72 cm, colocándose un nido de madera a la medida de una de ellas. Las perras se acostumbraron rápidamente a la caja de dos compartimientos. Usualmente descansaban en la caja de madera pero comían, defecaban y orinaban en el piso de la caja adyacente. Todas las perras orinaban en la caja de madera después de ser colocadas en ésta, pero después ya no lo hicieron. Para permitir una observación más amplia en un medio ambiente tranquilo y más normal, se coloco una perra sola en un cuarto dos semanas antes del parto para que pariera y alimentara a sus cachorros, colocándose una caja de madera en una de las esquinas y permitiéndole libre acceso al cuarto. Su comportamiento durante el parto no fue diferente del de las perras confinadas en las cajas de dos compartimientos.

Todas las perras confinadas fueron revisadas dos veces al día. Al momento del parto todas las perras pudieron se manejadas con tranquilidad. El uso de cortinas para ocultarse durante las observaciones no fue efectivo. Las perras se daban cuenta de la presencia del observador incluso cuando el movimiento de este fuera mínimo. El observar el cuarto a través de una mirilla era difícil debido a la disposición de las cajas. La mayoría de las observaciones se realizaron con el observador sentado sobre un escritorio a un metro de la caja. Cuando se grabaron las vocalizaciones, el micrófono fue colocado arriba de una esquina de la caja de parición. Se familiarizaron a las perras con el equipo, colocando a este diariamente en sus cajas. No hubo reacciones hacia el equipo después de un día o dos, excepto por una perra cruza entre Doberman y Terrier, no se presento evidencia de molestia por la presencia del observador durante el parto, aunque las perras se mostraron agitadas ante la presencia de algun observador con el que ellas no estuvieran habituadas. Se efectuaron grabaciones.

Comportamiento normal del parto

La perra por lo general incrementa la inquietud y se aprecia un decremento del apetito unos días antes del parto. La actividad se torna más intensa 12 a 24 horas antes de la presentación del parto. La perra busca un lugar solitario, oscuro y protegido para prepara su nido o bien escoge su sitio de descanso favorito. Los criadores de perros por lo general preparan un paridero cubierto, el material usado en el nido o paridero es papel periódico, extendido y en varias capas, no recomendamos romperlo en tiras, ya que esto puede ser peligroso para los productos ya que estos se pueden enredar o pueden perderse de la vista de la madre y ser aplastados. El grado de actividad varia entre perra y perra, pero siempre es mas intenso antes del parto. En el estudio que se menciono anteriormente no se utilizo ningún material en el paridero, ya que las perras se mostraban muy ansiosas por intentar remover los fluidos de los materiales. La ausencia de estos materiales es común en la práctica de la crianza de algunos criadores y no provoco alteraciones en el estudio. Cuando se retiro el material los intentos de la perra por rascar fueron pocos. Las perras colocadas en el compartimiento doble, ósea con las dos cajas pasaron poco tiempo entrando y saliendo antes del parto ( 24 a 48 horas previas al parto ). En este lapso de horas ellas olfateaban continuamente la caja, haciendo movimientos de cavar un hoyo o  desgarrando el material (en el caso de que lo hubiera), rara vez pudieron ser engañadas para quedarse en la caja de parto, sin embargo conforme pasaban las horas pasaban progresivamente más tiempo en  ésta, en este periodo las perras desarrollaron un comportamiento antagónico hacia los extraños, pero incrementaban su apego con los observadores con quien ya estaban habituadas. Si bien la descripción fisiológica del parto ha sido descrita, la descripción del comportamiento es fragametaria. Las observaciones en el estudio descrito indicaron un patrón consistente en el comportamiento durante el parto. El nacimiento del cachorro puede ser precedido por una serie de signos típicos que varían  en duración de uno a díez minutos. Esta serie principia con una visible disminución en la actividad, con la perra postrándose de lado, de frente a la puerta, e invariablemente el dorso lo coloca contra algún lado de la caja. La frecuencia respiratoria aumenta, de 100 a 175 por minuto, en periodos que pueden variar de algunos segundos a poco más de un minuto, este periodo se alterna con periodos en donde la frecuencia respiratoria es lenta pero mucho mas profunda, 10 a 60 por minuto, con promedios que van de 16 a 20 por minuto. Con frecuencia durante los periodos de respiración lenta y profunda la perra olfateaba y l. a los cachorros (si estos ya habían nacido) al paridero o la región genital en una secuencia no perceptible. En los miembros posteriores hubieron movimientos espasmódicos de ligeros a moderados, las contracciones uterinas se presentaron moderadas. Este ciclo se podía presentar una o mas veces, terminando con movimientos de los músculos torácicos y abdominales violentos, provocando esto la expulsión del producto, posteriormente una secuencia similar provoca la expulsión de las membranas fetales, si estas no son expulsadas con el producto. Posterior al nacimiento de un o dos productos se presenta un periodo de descanso o inactividad uterina.

De acuerdo al reporte del Dr. Bleicher, la perra se movía alrededor del perímetro del paridero y sólo se paraba para expulsar el producto y las membranas fetales. En las observaciones de este estudio las perras se movían muy poco y expulsaban casi todos los cachorros en un solo lugar. Las perras regresaban a su posición si eran molestadas o se movían para beber agua u orinar. Muchas perras preferían tener el parto en su paridero, aunque algunas veces podían levantarse y moverse un poco mientras se estaban esforzando.


AUTOR: MVZ. Ernesto Ávila Escalera, Clínica Veterinaria del Bosque, México
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