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Conducta Agresión relacionada con dominancia

Agresión relacionada con dominancia

En muchas ocasiones hemos escuchado que tal o cual perro desconoció a su dueño y lo ataco, esto en realidad es que el perro conoce muy bien al propietario y sabe hasta donde puede llegar, el perro siempre nos comunica de manera gradual su intención de dominancia, haciendo un antropomorfismo de su comportamiento seria algo así; si le gruño me deja la comida, si le muestro los dientes me deja entrar, ¿qué tal si lo muerdo?, siempre existe una historia previa antes de que el perro muerda a sus dueños.

El concepto de dominancia y subordinación se a desarrollado a partir de la observación científica de grupos de animales sociales como aves, roedores, bovinos, y lobos, entre muchos otros. Las relaciones de dominancia y subordinación se presentan en animales sociales.

Tamaño, peso, sexo, estado hormonal, experiencias previas y aprendizaje determinan las relaciones dominantes subordinados. Hay varios tipos de jerarquías de dominancia, una es la relación estrictamente lineal, A es dominante sobre B, B sobre C y así consecutivamente, exactamente como en el caso de los perros.

En un grupo de animales sociales la paz es mantenida gracias a la existencia de la relación dominante-dominado. Hay una tendencia en los animales de luchar por la posición más alta. Esto se presenta en una casa en donde hay dos o más perros. El perro dominado (o subordinado) está presto cuando la oportunidad se da para tomar la posición más alta. Esto puede llevar a una pelea cuando  el subordinado ve la oportunidad de tomar el mando, cuando el perro de la posición mas alta envejece, enferma o pierde la protección del dueño. Las relaciones dominante - dominado son de vital importancia, ya que gracias a esta estabilidad se mantiene el orden en ese grupo. Para los perros la familia en la que se encuentra es su jauría es en este punto en donde reside el potencial del por que los perros tratan de ser las dominantes en ese grupo. Con frecuencia el perro trata de imponerse a su amo asumiendo actitudes de dominio como podría ser el gruñir, mostrar pilo-erección e incluso morder. En algunas ocasiones nos preguntan por tal o cual perro o raza en donde la cultura popular predomina el hecho de que los perros desconocen a sus dueños, esto es una mentira  ya que los conocen tan bien que saben hasta donde pueden llegar retando a su amo.

Otra causa que implica peleas entre machos, puede ser una hembra en periodo de estro, o bien perros que se encuentren muy cercanos en el estatus del grupo.

Animales altamente sociales han desarrollado un sofisticado sistemas de comunicaciones  basándose en señales para expresar sus intenciones y su estatus social, ya sea de dominancia o subordinación, estos signos pueden involucrar desde vocalizaciones, como ladridos o aullidos, gemidos, expresiones faciales, y expresiones corporales como la posición de la cola y cuerpo, exponer zonas de grandes vasos o los genitales como símbolo de inhibición de la agresividad.

Los perros que viven con los humanos tratan de comunicarse usando señales especificas de su especie, y los humanos también usan sus señales típicas cuando interactúan con sus perros. Sin embargo, mientras cada uno usa su sistema de señales apropiado para su propia especie, estas señales son mal interpretadas por la otra especie. Por ejemplo, un perro que da la bienvenida a su amo, orinándose en lugar no apropiado (el cual es un signo de sumisión) puede provocar que su dueño se enoje y lo castigue, el perro entonces actúa mas sumiso y en lugar de calmar al dueño con gestos de sumisión como ese, provoca un aumento en la agresión del dueño.

Un signo de afecto como mirar intensamente al perro, el perro lo puede interpretar como una señal de dominancia y reaccionar ya sea sumiso o agresivo. Comportamientos como empujar con las patas o colocar la barbilla sobre su dueño puede ser interpretado por el dueño como un signo de cariño mientras que para el perro puede ser un signo de dominancia del perro sobre el dueño.

La agresión por dominancia puede ser mostrada por los dos sexos de cualquier raza incluyendo cruzas.

La queja por lo que lo presenta el dueño es pro que repentinamente, sin provocación el perro ataca, muchos propietarios también remarcan algo sobre la mirada “vidriosa “en el perro mientras ocurre la agresión. Los perros también pueden seguir el siguiente patrón.

Competencia sobre objetos critico

  • Aproximarse y tratar de llevarse comida, objetos valiosos para el perro tales como trapos, ropa, juguetes, etc.
  • Aproximarse y tratar de mover al perro de su lugar de descanso o molestarlo mientras duerme o descansa.
  • Entrar en un cuarto ocupado por el perro.
  • Competir por pasar primero por una puerta o un pasillo.

Gestos de dominancia por parte del dueño

  • Estimulaciones táctiles: Caricias, acicalarlos, tocarles las patas o cara, levantarlos, tratar que el perro se eche o siente, tratar de quitar o poner  el collar, sostener el hocico, darle un manotazo o corregirlo con la correa.
  • Estimulación visual: Mantener contacto visual, el cual puede ser interpretado por el perro como amenaza.
  • Estimulación auditiva: Gritarle o darle órdenes.

 El perro puede ser agresivo con cualquier miembro de la familia siempre que éste sea dominante sobre él.

Muchos de éstos perros han sido enviados a escuelas de obediencia, no cabe duda que esto puede ser muy positivo para la relación, sin embargo, si no es el dueño quien mantiene la relación dominante sobre dominado no servirá absolutamente de nada.

Tratamiento de la agresión por dominancia

El objetivo del tratamiento de la agresión por dominancia es el siguiente:

A) Evitar que las personas sean mordidas.

B) Poner finalmente al perro en las circunstancias que previamente desencadenaban la agresión, pero sin que el perro demuestre agresión.

C) Hacer que el perro asuma una respuesta subordinada en todas las circunstancias en las cuales se de una interacción dominante- subordinado.

Un plan de tratamiento depende de una historia detallada para identificar todos los estímulos y circunstancias que provocan la agresión.  El dueño debe evitar temporalmente todas esas situaciones para evitar ser mordido y para prevenir que el perro se fortalezca el habito de agredir.  Todas las veces que el perro amenaza a los dueños, el perro reforzó el comportamiento agresivo, es más fácil para un extraño imponer su dominancia  que para el propio dueño, quien ha perdido muchos encuentros con el mismo. El promedio de los dueños de perros que mal interpretan las señales que el perro envía previamente es importante, por lo que deberemos comunicarle durante las consultas cuales son esas expresiones de dominancia.  En general las técnicas  establecen las formas  de interactuar  a diario con el perro para que el dueño ejerza dominancia sobre el mismo.

Si un dueño quien repetidamente ha obedecido a su perro dominante repentinamente lo agrede con un gesto dominante, que particularmente involucra la fuerza, el perro podrá aumentar en agresividad hasta que el dueño sea mordido.

Golpear a un perro que tiene una larga historia de ganar en dominancia puede adicionar un daño físico al insulto. S ha reconocido al dolor como desencadenador de la agresión, sin embargo, los gestos agresivos asociados con intentar golpearlo (ya sea alzando la mano, gritarle y aproximarse al perro moviendo un periódico frente al perro) también puede provocar agresión. Otras conductas como sujetar el cuello del perro, el hocico o tratar de forzarlo hacia una posición de recumbencia es interpretada por el perro dominante como una fuerte amenaza debido a que estas conductas son similares a las señales de dominancia típicas de la especie (perros), en esas situaciones el perro dominante tendera a reaccionar con intensa agresión.

Es más fácil para un extraño imponer su dominancia sobre el perro, mas que su propio dueño, quien ya ha perdido algunos encuentros con su mascota. Algunos entrenadores profesionales, así como médicos veterinarios con experiencia en el manejo de problemas de la conducta pueden evitar ser dañados físicamente si el perro aumenta su agresión. El promedio de dueños de perros carece de habilidad para interpretar las señales sutiles que puede preceder a un ataque y también importante pueden carecer de agilidad física, así como habilidad para someter al perro dominante.

Existen muchas variaciones en las técnicas de medicina del comportamiento para tratar con la agresión por dominancia, en general las técnicas establecen la forma de interactuar a diario con el perro para que el dueño ejerza dominancia sobre el perro tornando a este último subordinado al propietario. La exposición de técnicas depende del estímulo específico que provoque la agresión, de la magnitud de la agresión exhibida por cada perro y de las capacidades físicas y mentales de propietario. No existen técnicas específicas que funcionen para todas las situaciones. Para alcanzar un alto grado de éxito, los programas individuales requieren un constante reajuste que será diseñado en cada caso. No hay reglas inflexibles en como responder en cada caso especifico, lo siguiente son algunos procedimientos que pueden ser usados en el tratamiento de la agresión por dominancia.

Establecer que “nada es gratis en la vida” es una forma sutil de demostrar la jerarquía para hacer que el perro asuma cada día posturas más sumisas, esto es antes de darle al perro lo que él quiere tendrá obligadamente que cumplir con una orden de echado o sentado. Si el perro indica que quiere ser acariciado, o salir al jardín, acercarse, o bien jugar, debe por ejemplo, primero sentarse antes de permitirle que realice la actividad deseada. Más adelante se le dará la orden de echado, posteriormente que tolere presión ligera sobre la espalda, los estímulos que antes provocaban agresividad serán expuestos sin que este, el perro responda.

Los dueños también pueden acostumbrar gradualmente al perro a aceptar señales dominantes, para este procedimiento es necesario identificar con precisión la intensidad de un gesto dominante que provoque signos de dominancia como respuesta (Mirada fija, tensión muscular ligera, fruncir el belfo). El propietario expone rápidamente al perro a una intensidad su umbral. Por ejemplo, si se ha determinado que presionando hacia abajo la espalda del perro provoca agresión, el dueño debe ser instruido para que presione al día la espalda durante varios días o semanas, posteriormente en el cuello, es muy importante que esta aproximación se realice de manera gradual, primero una, máximo dos caricias, incrementarlas gradualmente hasta diez o más caricias en cada ocasión. Esta técnica de exposición deben ser efectuadas sin provocar agresividad  y deben gradualmente disminuir la posición dominante del perro.

Técnicas de Contra condicionamiento más estructuradas y especificas pueden ser utilizadas, por ejemplo, el perro puede ser primero condicionado  en situaciones no amenazantes para que asuma un comportamiento incompatible con la agresión por dominancia, finalmente el perro es recompensado por este comportamiento en situaciones en donde previamente era agresivo. Por ejemplo, si acariciar al perro cuatro veces provoca agresividad, el perro es condicionado a asociar sentarse o echarse con un expresión facial natural con una expresión facial natural recompensándolo con un bocado que para el sea irresistible. Entonces el perros condicionado a asociar la caricia con este procedimiento, el perro primero es acariciado una o dos veces y recompensado por el comportamiento no agresivo, el número de veces que el perro es acariciado aumenta gradualmente. Un perro dominante también puede ser controlado a asumir posición neutral o subordinada mientras que una persona pasa progresivamente más cerca de su lugar de descanso, los perros también pueden ser condicionados a tolerar un incremento de presión en la cabeza, cuello y espalda. Más tarde por el procedimiento de Contra condicionamiento, el perro debe ser puesto en un plan intermitente o de reforzamiento. Posteriormente las recompensas no se utilizaran como señales para asumir una postura subordinada, en lugar de esto sólo se le presentan al perro una vez que asume un comportamiento correcto o señales de que lo asume. Finalmente las recompensas de comida se descontinúan. Puede ser benéfico reforzar al perro periódicamente con un reforzamiento social con palabras y caricias.

Las técnicas deben ser realizadas con mucha precisión, es muy importante que el propietario no provoque una respuesta agresiva y no recompense inadvertidamente un comportamiento inapropiado. Es critico emparejar las recompensas con el comportamiento correcto, el médico veterinario, en las sesiones puede ayudar al dueño a identificar las expresiones de dominancia que pudiesen ser peligrosas para el propietario, (en estos casos el contar con un entrenador dirigido y supervisado por el clínico es muy útil ya que el entrenador profesional tiene por lo general mas experiencia en el manejo), así como los tiempos adecuados para otorgar las recompensas. El Contra-condicionamiento hecho de manera equivocada puede ir en contra y el perro tornarse más agresivo, por ejemplo, si el dueño inadvertidamente provoca un gruñido y le da la recompensa al perro cuando cesa de gruñir, el efecto es que reforzó el comportamiento de gruñir. Si durante el curso de la terapia, el perro gruñe o amenaza al dueño, la respuesta apropiada del dueño varía considerablemente dependiendo del caso individual. Si existe la posibilidad de que sea atacado y mordido, es mejor para el o ella retraerse y permanecer a una distancia segura sin mantener contacto visual con el perro hasta que el perro cese de gruñir, entonces el dueño puede reaproximarse o no al perro. Ya que muchos problemas de agresión por dominancia han existido durante varios meses o incluso años, si el dueño del perro se retrae esto no afectara significativamente el tratamiento.

Solo después que el dueño ha comenzado a contrarrestar la jerarquía dominante, este comienza a contraatacar las amenazas del perro, la conducta mas segura para hacerse valer por parte del propietario, es mirar fijamente al perro desde una posición y lugar segura, la mirada debe de permanecer fija hasta que el perro desvíe la mirada o deje de gruñir, el dueño tiene varias opciones como continuar mirando al perro unos segundos mas antes de retirarse, reexponer al perro a bajos niveles de estimulo que inicialmente provocaba el gruñido, o aproximarse mas al perro, mirándolo fijamente. Si el perro aumenta su gruñido, el dueño puede continuar mirándolo fijamente para evaluar si la agresión puede ser abatida. Si el perro aumenta posteriormente sus amenazas, el dueño no se encuentra a distancia segura y debe incrementar la distancia entre el y el perro. Comenzar esta técnica a una distancia muy próxima es como permitir que el perro muerda, solo podemos reducir la distancia con el tiempo o si la agresión es muy leve o el perro muy pequeño.

Tanto como la jerarquía dominante /subordinado continué cambiando, el dueño puede implementar la técnica de mirar fijamente cada ves más cerca, conforme el dueño gane más control sobre el perro, el dueño puede contar con más medidas dominantes, las cuales se introducirán hacia el perro, el dueño puede contar con más medidas dominantes, las cuales se introducirán hacia el perro, medidas de mas fuerza que pueden involucrar tocarlo o gentilmente empujarlo, agarrar al perro por el hocico, el cuello o la espalda, o bien dar la orden de echado y realizarlo forzosamente, de manera conjunta se emite la orden para crear el condicionamiento, estas ultimas técnicas no deben intentarse a menos que el podamos predecir la respuesta del perro, y que este actuara subordinadamente.

Otra forma es una aproximación directa utilizando en el perro un bozal exponiéndolo al estimulo que provoca la agresión mostrándole en ese momento el liderazgo del dueño, repitiendo estas técnicas lograremos la sumisión del paciente hacia su dueño.

El uso de bonzales de cabeza se están volviendo cada día más populares y es una excelente opción, ya que no daña al perro y asumen de manera casi inmediata la subordinación.

Es importante no olvidar los siguientes puntos:

  • A) Análisis adecuado de los orígenes del comportamiento.
  • B) Convencer al dueño para que acepte la situación lo antes posible.
  • C) Procurar una socialización adecuada.
  • D) Aconsejar adecuadamente de que raza de perro le conviene dependiendo de            sus características personales.

Farmacoterapia en el tratamiento de la agresión relacionada a la posición dominante (Estos fármacos deberán ser prescritos y supervisado por el médico veterinario:

Las drogas psicoactivas han revolucionado el tratamiento de los pacientes psiquiátricos, la llegada de la clorpromacina en la mitad de la década de los años 1950, y el subsecuente desenvolvimiento rápido del uso clínico de otras substancias psicoactivas han capacitado a muchos pacientes los cuales previamente eran condenados a una existencia aislada o a vivir dentro de una clínica, a vivir una vida relativamente normal en la comunidad, desafortunadamente este tipo de progreso no ha sido hecho en el campo de la psicofarmacología veterinaria, y por esto se dice que el estudio del comportamiento animal se encuentra en pañales.

Existen pocos estudios controlados de la efectividad de la terapia con drogas en perros.  Cundo se prescribe la terapia con drogas para ayudar a cambiar el comportamiento de un animal de compañía, el médico debe estar familiarizado con las dosis, y los posibles efectos colaterales, así como con las contraindicaciones de la droga en especial, antes de usarse debe de efectuarse, un examen físico completo, y el dueño o entrenador  debe ser informado que la terapia con drogas es aún experimental en muchos casos. Se debe considerar el aspecto legal ya que muchas drogas no han sido autorizadas para su uso en animales de compañía, así como tener en mente la variabilidad  individual en la respuesta hacia cada droga y observar con cuidado al paciente durante el tratamiento. Las drogas psicoactivas son una ayuda para el programa de corrección del comportamiento y no debe de usarse como la única forma para modificar la conducta.

Las drogas psicoactivas influencian el comportamiento a través de alterar la actividad de las neuronas, esto se da aparentemente por la acción de la droga a nivel de las membranas sinápticas, algunas drogas pueden influenciar las sinapsis debido a que son similares estructuralmente a los mediadores, ya sea estos inhibidores o excitadores sinápticos que se presentan naturalmente. Otras drogas pueden influenciar las vías metabólicas involucradas en la síntesis de los agentes sinápticos, estas tienen un efecto limitado, ya que la estructura de las neuronas son diferencialmente sensitivas a la acción bioquímica de varias drogas, el administrar una droga tendrá una actividad relativa y diferentes partes del cerebro son afectadas, algunos tranquilizantes parecen tener un efecto en el hipotálamo y algunas partes del sistema limbico más que en otras partes del cerebro como la corteza cerebral o el cerebelo. Las drogas que pueden ayudar en la modificación del comportamiento pueden ser:

PROGESTINAS:

El tipo de droga útil para la terapia de comportamiento de las pequeñas especies son las Progestinas sintéticas, como el Acetato de megestrol y la Medroxiprogesterona. Estos tratamientos pueden ser utilizados en la agresividad por dominancia y territorial siempre y cuando los pacientes no se utilicen como sementales ya que estas drogas afectan la espermatogénesis, también incluye otras alteraciones del eje hipotalámico y afecciones en otros sistemas como ginecomastia, diabetes mellitus, piómetra en hembras entre otras por lo que se deberá considerar estos factores antes de prescribir progestinas.

Estudios sobre la neurobiología de la agresividad han constatado la relación que existe entre las funciones no adrenérgicas, dopaminergicas y de manera mas constante serotoninérgicas. La intervención farmacológica con inhibidores de la recaptura de 5-HT (serotonina) pude ayudar a controlar la agresión por dominancia, esto constatado por Dodman en un estudio de agresión por dominancia, es importante seguir investigando sobre los efectos de los inhibidores de la recaptura de serotonina en este tipo de agresividad. La fluoxetina (Prozac, Fluozac) es un medicamento que evita la recaptura de serotonina.

La asociación con la cantidad y el tipo de proteína contenida en la dieta es otra área que se esta investigando. De manera experimental se ha logrado reducir la agresividad en otras especies mediante la utilización de suplementos dietéticos que contienen triptófano, el aminoácido precursor de 5-HT. En un estudio en donde se redujo la cantidad de proteína en la dieta no logro disminuir la agresividad por dominancia, sin embargo en otro sub.-grupo que presentaba agresión territorial si redujo el nivel de agresión.

Peleas entre perros del mismo sexo

Es quizás sorprendente que exista poca conciencia en el comportamiento agresivo dirigido hacia otros perros.  Perros que son agresivos con los perros (valga la redundancia) son usualmente amigos con las personas, aparte se da ocasionalmente la agresión depredadora en donde un perro grande puede atacar a otro pequeño, existen dos causas de peleas entre perros, una es la falla de los perros por establecer y mantener una paz regulada por una relación dominante - subordinado. La otra es la tendencia innata de los perros particularmente de los que no se conocen, para entrar en peleas con miembros de su propio sexo. El último problema es especialmente prominente en machos y es denominado como agresión entre machos aunque ocasionalmente encontramos hembras agresivas con otras hembras. El comportamiento agresivo hacia otros perros puede ser una manifestación territorial.

En muchos casos en donde dos perros viven juntos, uno será el dominante y el otro será el subordinado. La dominancia es frecuentemente determinada por quien es más grande, otros factores también influencian, como que perro ha vivido más tiempo en el lugar, la dominancia es expresada y reforzada por expresiones faciales, posiciones corporales y contacto visual. El perro subordinado frecuentemente reconoce estas señales de dominancia y desvía la mirada del perro dominante, baja la cola y asume una posición corporal meno a la que en realidad tiene. Existen suficientes señales sociales para que los perros no peleen, las señales pueden ser sutiles de tal manera que los propietarios pueden no darse cuenta cual de los dos perros es el dominante. Cuando los perros están alrededor del propietario, es la meta de ambos perros obtener la atención del dueño. Debido a su posición el perro dominante espera ser el primero en recibir la atención del propietario. El perro subordinado también posee un fuerte deseo de obtener alguna interacción con el dueño, en muchos casos, el perro dominante le gruñe o amenaza, incluso intenta morder al subordinado para alejarlo. En este punto es donde la expresión de favorecer al “pobrecito perro” entra en escena. Los dueños generalmente castigan al perro que inicio la agresión el cual es, por supuesto, el animal dominante, no toma mucho tiempo al subordinado darse cuenta que la presencia del propietario lo protege del perro dominante, motivo por el cual el subordinado siente que puede tomar la posición dominante e incluso retar al perro líder para tomar la atención y afecto del dueño. Tal acto de “insubordinación” puede llevar a una pelea grave entre ambos perros. El propietario puede actuar de manera equivocada y castigar aún más al perro dominante sacándolo de la casa, esto provoca que el perro dominante esté más resentido y agresivo hacia el subordinado, ya que el líder asocia al otro perro con desplazamiento. Un ejemplo es el de el “síndrome del hermanito nuevo”, en donde una familia posee a un perro, que por lo general es de talla pequeña, cuando este comienza a envejecer, los propietarios deciden adquirir a un nuevo perro, sin pensarlo mucho compran un perro de talla mayor como podría ser un Bóxer o un Cobrador de Labrador. Inicialmente el perro viejo es el favorito, es el dominante sobre el cachorro, pero cuando el tiempo pasa y cuando el cachorro madura tendrá una ventaja por el tamaño sobre el perro viejo y finalmente será el dominante, esto provocara un cambio en la relación de jerarquías incluso sin que los dueños lo noten, sin embargo, el perro pequeño notará que en la presencia del dueño el continuara siendo el favorito y tratará de estar por encima del perro grande cada vez que los dueños estén presentes. Entonces el perro grande se vera forzado a atacar al perro viejo en esas circunstancias los dueños se sorprenderán del problema ya que anteriormente los perros se llevaban bien.   

Tratamiento de las peleas entre del mismo sexo

Para tratar el problema es importante que el propietario comprenda que las relaciones sociales entre los perros no pueden ser manejadas de la misma manera que las relaciones sociales humanas.  Esto puede evidenciarse por ejemplo, en que es natural para los perros aceptar un papel ya sea dominante o subordinado, y para el perro dominante reforzar regularmente esta posición con gestos de amenaza o castigo físico y para el subordinado responder sumisamente a estos gestos.  La aproximación terapéutica involucra determinar cual es el perro dominante, si esto no está claro para el propietario.  Los dueños tienen que investigarlo observando a los perros mientras que éstos no perciban que son observados. El animal que toma el hueso, que sube primero al automóvil o que parece controlar los mejores lugares de descanso, es muy probable que sea el dominante.  El dueño debe entonces tratar al perro dominante como el animal principal cuando estos son acariciados después de una ausencia.  El perro dominante debe tratarse con privilegios que son resultado de su posición dominante, por ejemplo, cuando se sale a caminar con los dos, al perro dominante se le debe colocar primero la correa y sacarlo antes, debido a que los perros intervenían en el pasado el perro subordinado puede tratar de pelear para atraer la atención del dueño cuando este los saluda o en otros momentos de interacción con el dueño, el dominado debe ser aislado o castigado para que no se sienta protegido en la presencia del dueño, en esencia el perro subordinado debe aprender que debe obedecer a las señales del perro dominante así el dueño este ausente o presente, ya que generalmente los perros se llevan bien cuando el dueño no esta presente.

Mantener a los perros separados cuando se presenta este problema no aminora la dificultad, realmente se requiere de la intervención para resolver este problema, por supuesto la pregunta es como poner a los perros juntos sin que se presente una pelea, en algunos casos el colocarles un bozal o el uso de tranquilizantes mientras se resocializan puede ser útil. Se recomienda a los propietarios que no jueguen con los perros mientras se inicia la terapia para no excitarlos en relación a la atención al dueño.

Este tipo de agresión es la única justificación que se tiene de agresión para utilizar la gonadectomía del macho dominado remarcando que existe solo un 60% de efectividad en los resultados.

En el caso de las peleas con perros extraños, muchos perros son indiferentes a los perros extraños o interactúan rápidamente entre ellos para establecer entre ellos, al menos temporalmente una relación dominante/subordinado, algunos perros reaccionan inmediatamente a los perros extraños con peleas. La castración también esta indicada en este caso ya que esto provocara una menor estimulación de la testosterona así como un cambio en el olor de los machos y por lo tanto un estimulo menos provocativo para otros machos.


AUTOR: MVZ. Ernesto Ávila Escalera, Clínica Veterinaria del Bosque, México

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