En general éste tipo de agresión se presenta como una respuesta a un estimulo doloroso. La autoproteccion contra el dolor es una inclinación natural de los seres del reino animal. En el campo clínico nosotros podemos ver este tipo de agresión cuando el paciente sufre un dolor localizado y gruñe o intenta morder si es tocado cerca del área dolorosa.
Los signos más comunes de agresión inducida por dolor, son cuando el perro agrede cuando la región especifica del cuerpo es tocada o manipulada. Si la existencia de un cuerpo extraño molesta o un proceso inflamatorio no es obvio, la aproximación usual es el uso de placas radiográficas u otras pruebas diagnosticas que revelen la causa del dolor. Después de que la causa del dolor ha sido resuelta médicamente y el perro sigue actuando agresivamente cuando se le toca o maneja el área, el comportamiento puede ser visto como una respuesta condicionada, la cual es susceptible a una terapia de comportamiento. Es importante que los médicos veterinarios tomemos conciencia que el dolor es controlable y que existe hoy, ya entrados en el siglo XXI, con todo un arsenal de analgésicos narcóticos y no narcóticos, desinflamatorios no esteroidales, etcétera a nuestra disposición para evitarles innecesarias.
NOTA: Los fármacos y sus dosis han sido borrados de manera intencional.