Es difícil plantear una sola definición de agresión ya que existen diferentes conceptos y posiciones teóricas en las tres disciplinas relacionadas al concepto de psicología, etología y antropología; en la literatura psicológica existen más de 250 términos diferentes de definiciones de agresión. Algunas definiciones de agresión serian: Es la respuesta de desorganización emocional la cual es provocada por una intensa frustración, que conduce a una respuesta hostil o destructiva, la agresión solo ocurre entre miembros de la misma especie. La agresión involucra la producción de un estímulo nocivo, que puede llegar a dañar. Comportamiento agresivo: Termino general para todos aquellos elementos que comprenden ataque o amenaza, son todos aquellos elementos que comprenden ataque o amenaza, son todos aquellos patrones de comportamiento que son utilizados para intimidar o perjudicar a otro organismo.
La agresión entre los animales como entre los hombres, es el resultado de una tendencia hereditaria, espontánea, cuyas propiedades son en gran parte las mismas que las de los impulsos de como beber y comer.
Definiciones de la utilidad del comportamiento agresivo en la naturaleza: Siempre es ventajoso para el futuro de la especie que sea el más fuerte de dos rivales quien se quede con el territorio o la hembra deseada.
El peligro de que una parte del biotipo disponible se instale en una población demasiado densa, hará que se agoten todos los recursos alimenticios y padezca hambre mientras que otros lugares quedan sin utilizar, se elimina del modo más sencillo si los animales de una misma especie sienten aversión unos por otros. Esta misión que cumple la agresividad es muy importante para la preservación de la especie.
El tipo de problema en perros más preocupante es la agresividad, sin embargo, no siempre es un rasgo indeseable, una de las razones por la que los perros fueron domesticados es que ellos protegían sus hogares adoptivos humanos con el mismo vigor que lo harían con su guarida nativa. Un perro agresivo o buen guardián puede ser una ventaja real en una colonia con alto grado de criminalidad (cada día más común en las ciudades de México), mas aún nosotros podemos admirar a un perro imponente bien con otros perros pero no así a un perro indisciplinado que ocasiona daños constantemente. Los problemas provienen de la variabilidad en el comportamiento agresivo. Se espera que el perro sea agresivo con los intrusos, pero que no amenace o ataque a los amigos.
También se espera que el perro no gruña a otros perros pero que no se amedrente ante una amenaza. Un perro que es considerado agresivo por una persona, puede estar actuando correctamente para otra.
En un estudio realizado por Podberscek L.A. reporta 5 factores que predisponen a los perros a atacar:
1. - Predisposición genética; algunos son intencionalmente criados y seleccionados para ser agresivos, esto es fácilmente demostrable cuando hablamos de la cría del Doberman o el pastor Alemán en donde seleccionamos ciertas líneas en donde la progenie tiene buena probabilidad de heredar las características de agresividad de los padres.
2. - Entrenamiento; los perros que reciben capacitación para la guardia y protección están predispuestos a la agresión ya que la serie de condicionamientos que ha recibido lo estimula y da seguridad al perro.
3. - Socialización; si el perro no esta socializado con humanos durante el periodo comprendido de las 3 a las 12 semanas de edad, será temeroso de la gente y puede llegar a morder a la gente por miedo.
4. - Control del dueño; Perros los cuales no están entrenados para obedecer, es difícil controlarlos y este puede llevar a problemas de agresión por dominancia. Los perros pueden atacar a la gente mas fácilmente sin se encuentran adecuadamente confinados y sujetados cuando se les saca a lugares públicos.
5. - Comportamiento de la víctima; la víctima puede provocar un ataque por estarlo molestando o provocando, jugando bruscamente cuando no se han establecido adecuadamente las jerarquías o se invaden espacios territoriales de perros extremadamente territoriales.
De los casos presentados en una clínica de comportamiento de los Estados Unidos, un tercio de los casos de animales que mordieron fueron por defensa de territorio o de comida, otro tercio se debió a dolor o miedo a experimentar dolor, por ejemplo, pisarle la cola o castigos mal aplicados. 25 % de los casos estaban relacionados por agresión por dominancia, frecuentemente hacia miembros de la familia. Solo 1% de los ataques se debió a agresión depredadora cuando la actividad de la víctima (correr o temor en extremo), estimula el ataque. El resto no pudieron ser determinados por falta de información adecuada de sus propietarios.
Estudios de ataques fatales, sugieren que los perros atacan en defensa de su territorio, por movimientos o vocalizaciones de las víctimas, otra característica de los ataques fatales es que en la gran mayoría de ataques la víctima se encuentra sola en ese momento. En un trabajo realizado de 1772 ataques el 74.6% de las víctimas mordidas no habían interactuado con el perro antes de haber sido mordidos. También se obtuvieron datos en donde se demuestra que de las interacciones que llevan al ataque el juego fue el más común.
Otras incluyen pisarle la cola, manotear o molestar al perro mientras se esta alimentando, con respecto a los niños el autor señala que los niños inician la interacción por contacto con la mano, especialmente los niños menores de 3 o 4 años.
Características de las víctimas: Los hombres son más frecuentemente mordidos que las mujeres en relación 2:1 del 50 al 76% de las víctimas fueron menores de 20 años de 947 víctimas el 18% eran menores de 5 años de edad y 31% de 6 a 9 años y el 27% de 10 a 19 años de edad. Con respecto a la ocupación resulto el siguiente cuadro.
Ocupación |
Número de casos |
---|---|
Carteros | 29.4% |
Obreros | 19.4% |
Repartidores | 10.0% |
Policías | 7.6% |
Otras personas uniformada | 7.6% |
Vendedores ambulantes | 6.5% |
Profesionales en su deber (M.V.Z.) | 3.0% |
otros | 3.0% |
Tomado de Podberseck. L.A.
Este estudio reporta que los perros muerden con mayor frecuencia en extremidades (70 al 80 %), siendo las piernas el lugar más común, el 16 % de 151 fue en la cara, cabeza y cuello, y el 4 % de 33 casos fue en la espalda baja y glúteos. De 41 ataques fatales en Estados Unidos, la mayoría de las mordidas fueron el cuello 51% y cabeza 20 %. Al rededor del 50 % de las mordidas no fueron graves y el 1-2 % fueron lo suficientemente graves para requerir hospitalización. En Inglaterra, en 1976, en un hospital de emergencias, se reportaron de 106 casos de mordidas, el 48 % causaron una abrasión superficial, el 24 % no causaron ruptura de la piel, el 20 % causaron laceraciones profundas. En Victoria Australia de 62 pacientes tratados por mordidas de perros, el 38 % mostraba laceraciones, el 28 % laceraciones profundas y el 33% abrasiones. La severidad de las mordidas esta relacionada con el tamaño del perro que ataca y la vulnerabilidad de la víctima. De la mitad de las víctimas tratadas en hospitales británicos la mitad sufrieron cicatrices permanentes y el 33 % de los casos sufrió complicaciones clínicas, como dificultad para mover los miembros o necesito cirugía cosmética. De cada 1000 ataques de perro. 2.8 % fueron maniáticos es decir, el perro mordió repentinamente y sacudió vigorosamente a la víctima, siendo muy difícil el que terminara el ataque, cerca de 75 % de esos ataques llevaron a la muerte de la víctima. En Estados Unidos, en 1985 los ataques de perros que llegaron a consecuencias fatales a nivel nacional fueron del 0.2%.
En 1974 en Nueva York, se encontró que la mayoría de los casos, el 78.6 % de 1476, el dueño conocía a la víctima fue el dueño o parientes del dueño. En 1990 en Australia, de 105 dueños de perros que han mordido, informaron que el 62 % de los incidentes se presento dentro de la familia. De 1984 a 1988 fueron a vecinos. Del 65 al 93 % de los ataques se presentaron cerca de la casa del dueño, cuando los perros están lejos de casa tienden a disminuir la intensidad del ataque.
Los perros que muerde han sido clasificados por Wright, C.J. encontrando que de 696, reportes de ataques el 70 % fueron efectuados por perros menores de 4 años de edad. En Pittsburg, Pennsylvania, U.S.A. de 571 ataques por mordida el 67% de los casos también fueron perros menores de 4 años, perros de 1 año estuvieron involucrados en el 13 % de casos. La información que reportan los estudiosos indican que la agresión es un problema que se presenta más en perros jóvenes. La media de la edad de los perros presentados por agresividad es de 3.4 años, la cual es la misma media de edad de perros presentados por problemas preocupantes de comportamiento.
En cuanto al tamaño del perro que agrede, se recopilaron los siguientes datos; información obtenida de 1965 a 1970, en la ciudad de Nueva York, mostró que el 58 % de los perros eran pesados, de más de 25 Kg., el 35 % entre los 7 y 24 Kg. Y 6. 2 menores de 7 Kg
Las características de las víctimas: Por edad, los niños fueron los que sufrieron más ataques que los adultos, los niños menores de 10 años representaron en este estudio el 48.9 % del total de mordidos.
Las mordidas de perro son sufridas comúnmente por de entre 5 y 9 años de edad, la agresión hacia los humanos es la preocupación de más común que presentan los dueños de perros que consultan al veterinario especialista en comportamiento animal, las muertes debidas a mordidas de perro sí bien son poco frecuentes, en Estados Unidos, se presentan en mayor cantidad que las muertes ocasionadas por rabia, transmitida por todas las especies en conjunto. La creencia de que los ataques fatales de perro son producidos por perros rabiosos, son inexactas, muchas mordidas son perpetuadas a los dueños de perros y no son rabiosos, las víctimas más frecuentes son los dueños o miembros de la casa y vecinos. Las mordidas de perros no-solo son un trauma y experiencia de para la víctima sino que además son una inquietud para la familia, el vecindario y la comunidad en general. En algunas comunidades, los ataques de perros han resultado en mutilaciones completas o la muerte de diferentes individuos de la comunidad.
En otro informe, Polsky. H.R. Menciona que existen un gran número de ejemplos que demuestran que el comportamiento agresivo esta sujeto a ser fortalecido por efectos de la recompensa. El fenómeno ha sido observado en un amplio rango de especies que van desde el pez beta de pelea hasta los primates. Por lo tanto no es sorprendente encontrar un umbral bajo para la agresión en perros que han tenido varios encuentros agresivos exitosos. O en perros que han sido recompensados por su agresividad en el pasado. Un ejemplo obvio es el perro de guardia y protección. Un aspecto del entrenamiento para el ataque consiste de una recompensa intencional, si el perro responde agresivamente inmediatamente después de recibir la orden, con el suficiente entrenamiento el habito se fortalece al punto de que el perro esta vigilante de un estimulo para atacar.
En otras circunstancias un perro puede ser recompensado sin intención a actuar agresivamente, por ejemplo, un perro que camina con su dueño puede gruñir cuando se aproxima un extraño, el dueño puede acariciar a su perro, diciendo, esta bien, literalmente el perro puede interpretar la comunicación del dueño como bien sigue gruñendo, o el ejemplo del perrito que de repente se transforma en el terror siempre que una persona uniformada se aproxima a la casa del dueño, esta inclinación en muchos casos se ve recompensada cuando la persona se aleja (que es lo que el perro busca), estos ejemplos cotidianos ilustran la manera en la cual la manera en la cual el reforzamiento puede operar, en resumen un perro puede volverse mas agresivo si su comportamiento agresivo es independiente del dueño. Sin embargo, lo opuesto, el castigo no necesariamente suprimirá o eliminara la agresión, por el contrario puede aumentar la tendencia a incrementar la respuesta agresiva, si el castigo es físico se traduce en dolor, y el dolor primariamente desencadena la agresión, y si se repite el castigo puede convertirse en miedo y este llevarlo a la respuesta agresiva.
En muchas ocasiones hemos escuchado que tal o cual perro desconoció a su dueño y lo ataco, esto en realidad es que el perro conoce muy bien al propietario y sabe hasta donde puede llegar, el perro siempre nos comunica de manera gradual su intención de dominancia, haciendo un antropomorfismo de su comportamiento seria algo así; si le gruño me deja la comida, si le muestro los dientes me deja entrar, ¿qué tal si lo muerdo?, siempre existe una historia previa antes de que el perro muerda a sus dueños.
El concepto de dominancia y subordinación se ha desarrollado a partir de la observación científica de grupos de animales sociales como aves, roedores, bovinos, y lobos, entre muchos otros. Las relaciones de dominancia y subordinación se presentan en animales sociales.
Tamaño, peso, sexo, estado hormonal, experiencias previas y aprendizaje determinan las relaciones dominantes subordinados. Hay varios tipos de jerarquías de dominancia, una es la relación estrictamente lineal, A es dominante sobre B, B sobre C y así consecutivamente, exactamente como en el caso de los perros.
En un grupo de animales sociales la paz es mantenida gracias a la existencia de la relación dominante-dominado. Hay una tendencia en los animales de luchar por la posición más alta. Esto se presenta en una casa en donde hay dos o más perros. El perro dominado (o subordinado) está presto cuando la oportunidad se da para tomar la posición más alta. Esto puede llevar a una pelea cuando el subordinado ve la oportunidad de tomar el mando, cuando el perro de la posición mas alta envejece, enferma o pierde la protección del dueño. Las relaciones dominante - dominado son de vital importancia, ya que gracias a esta estabilidad se mantiene el orden en ese grupo. Para los perros la familia en la que se encuentra es su jauría es en este punto en donde reside el potencial del por que los perros tratan de ser las dominantes en ese grupo. Con frecuencia el perro trata de imponerse a su amo asumiendo actitudes de dominio como podría ser el gruñir, mostrar pilo-erección e incluso morder. En algunas ocasiones nos preguntan por tal o cual perro o raza en donde la cultura popular predomina el hecho de que los perros desconocen a sus dueños, esto es una mentira ya que los conocen tan bien que saben hasta donde pueden llegar retando a su amo.
Otra causa que implica peleas entre machos, puede ser una hembra en periodo de estro, o bien perros que se encuentren muy cercanos en el estatus del grupo.
Animales altamente sociales han desarrollado un sofisticado sistemas de comunicaciones basándose en señales para expresar sus intenciones y su estatus social, ya sea de dominancia o subordinación, estos signos pueden involucrar desde vocalizaciones, como ladridos o aullidos, gemidos, expresiones faciales, y expresiones corporales como la posición de la cola y cuerpo, exponer zonas de grandes vasos o los genitales como símbolo de inhibición de la agresividad.
Los perros que viven con los humanos tratan de comunicarse usando señales especificas de su especie, y los humanos también usan sus señales típicas cuando interactúan con sus perros. Sin embargo, mientras cada uno usa su sistema de señales apropiado para su propia especie, estas señales son mal interpretadas por la otra especie. Por ejemplo, un perro que da la bienvenida a su amo, orinándose en lugar no apropiado (el cual es un signo de sumisión) puede provocar que su dueño se enoje y lo castigue, el perro entonces actúa mas sumiso y en lugar de calmar al dueño con gestos de sumisión como ese, provoca un aumento en la agresión del dueño.
Un signo de afecto como mirar intensamente al perro, el perro lo puede interpretar como una señal de dominancia y reaccionar ya sea sumiso o agresivo. Comportamientos como empujar con las patas o colocar la barbilla sobre su dueño puede ser interpretado por el dueño como un signo de cariño mientras que para el perro puede ser un signo de dominancia del perro sobre el dueño.
La agresión por dominancia puede ser mostrada por los dos sexos de cualquier raza incluyendo cruzas.
La queja por lo que lo presenta el dueño es pro que repentinamente, sin provocación el perro ataca, muchos propietarios también remarcan algo sobre la mirada “vidriosa “en el perro mientras ocurre la agresión. Los perros también pueden seguir el siguiente patrón.
El perro puede ser agresivo con cualquier miembro de la familia siempre que éste sea dominante sobre él.
Muchos de éstos perros han sido enviados a escuelas de obediencia, no cabe duda que esto puede ser muy positivo para la relación, sin embargo, si no es el dueño quien mantiene la relación dominante sobre dominado no servirá absolutamente de nada.
El objetivo del tratamiento de la agresión por dominancia es el siguiente:
Un plan de tratamiento depende de una historia detallada para identificar todos los estímulos y circunstancias que provocan la agresión. El dueño debe evitar temporalmente todas esas situaciones para evitar ser mordido y para prevenir que el perro se fortalezca el habito de agredir. Todas las veces que el perro amenaza a los dueños, el perro reforzó el comportamiento agresivo, es más fácil para un extraño imponer su dominancia que para el propio dueño, quien ha perdido muchos encuentros con el mismo. El promedio de los dueños de perros que mal interpretan las señales que el perro envía previamente es importante, por lo que deberemos comunicarle durante las consultas cuales son esas expresiones de dominancia. En general las técnicas establecen las formas de interactuar a diario con el perro para que el dueño ejerza dominancia sobre el mismo.
Si un dueño quien repetidamente ha obedecido a su perro dominante repentinamente lo agrede con un gesto dominante, que particularmente involucra la fuerza, el perro podrá aumentar en agresividad hasta que el dueño sea mordido.
Golpear a un perro que tiene una larga historia de ganar en dominancia puede adicionar un daño físico al insulto. S ha reconocido al dolor como desencadenador de la agresión, sin embargo, los gestos agresivos asociados con intentar golpearlo (ya sea alzando la mano, gritarle y aproximarse al perro moviendo un periódico frente al perro) también puede provocar agresión. Otras conductas como sujetar el cuello del perro, el hocico o tratar de forzarlo hacia una posición de recumbencia es interpretada por el perro dominante como una fuerte amenaza debido a que estas conductas son similares a las señales de dominancia típicas de la especie (perros), en esas situaciones el perro dominante tendera a reaccionar con intensa agresión.
Es más fácil para un extraño imponer su dominancia sobre el perro, mas que su propio dueño, quien ya ha perdido algunos encuentros con su mascota. Algunos entrenadores profesionales, así como médicos veterinarios con experiencia en el manejo de problemas de la conducta pueden evitar ser dañados físicamente si el perro aumenta su agresión. El promedio de dueños de perros carece de habilidad para interpretar las señales sutiles que puede preceder a un ataque y también importante pueden carecer de agilidad física, así como habilidad para someter al perro dominante.
Existen muchas variaciones en la técnica de medicina del comportamiento para tratar con la agresión por dominancia, en general las técnicas establecen la forma de interactuar a diario con el perro para que el dueño ejerza dominancia sobre el perro tornando a este último subordinado al propietario. La exposición de técnicas depende del estímulo específico que provoque la agresión, de la magnitud de la agresión exhibida por cada perro y de las capacidades físicas y mentales de propietario. No existen técnicas específicas que funcionen para todas las situaciones. Para alcanzar un alto grado de éxito, los programas individuales requieren un constante reajuste que será diseñado en cada caso. No hay reglas inflexibles en como responder en cada caso especifico, lo siguiente son algunos procedimientos que pueden ser usados en el tratamiento de la agresión por dominancia.
Establecer que “nada es gratis en la vida” es una forma sutil de demostrar la jerarquía para hacer que el perro asuma cada día posturas más sumisas, esto es antes de darle al perro lo que él quiere tendrá obligadamente que cumplir con una orden de echado o sentado. Si el perro indica que quiere ser acariciado, o salir al jardín, acercarse, o bien jugar, debe por ejemplo, primero sentarse antes de permitirle que realice la actividad deseada. Más adelante se le dará la orden de echado, posteriormente que tolere presión ligera sobre la espalda, los estímulos que antes provocaban agresividad serán expuestos sin que este, el perro responda.
Los dueños también pueden acostumbrar gradualmente al perro a aceptar señales dominantes, para este procedimiento es necesario identificar con precisión la intensidad de un gesto dominante que provoque signos de dominancia como respuesta (Mirada fija, tensión muscular ligera, fruncir el belfo). El propietario expone rápidamente al perro a una intensidad subumbral. Por ejemplo, si se ha determinado que presionando hacia abajo la espalda del perro provoca agresión, el dueño debe ser instruido para que presione al día la espalda durante varios días o semanas, posteriormente en el cuello, es muy importante que esta aproximación se realice de manera gradual, primero una, máximo dos caricias, incrementarlas gradualmente hasta diez o más caricias en cada ocasión. Esta técnica de exposición deben ser efectuadas sin provocar agresividad y deben gradualmente disminuir la posición dominante del perro.
Técnicas de Contra condicionamiento más estructuradas y especificas pueden ser utilizadas, por ejemplo, el perro puede ser primero condicionado en situaciones no amenazantes para que asuma un comportamiento incompatible con la agresión por dominancia, finalmente el perro es recompensado por este comportamiento en situaciones en donde previamente era agresivo. Por ejemplo, si acariciar al perro cuatro veces provoca agresividad, el perro es condicionado a asociar sentarse o echarse con una expresión facial natural con una expresión facial natural recompensándolo con un bocado que para él sea irresistible. Entonces el perros condicionado a asociar la caricia con este procedimiento, el perro primero es acariciado una o dos veces y recompensado por el comportamiento no agresivo, el número de veces que el perro es acariciado aumenta gradualmente. Un perro dominante también puede ser controlado a asumir posición neutral o subordinada mientras que una persona pasa progresivamente más cerca de su lugar de descanso, los perros también pueden ser condicionados a tolerar un incremento de presión en la cabeza, cuello y espalda. Más tarde por el procedimiento de Contra condicionamiento, el perro debe ser puesto en un plan intermitente o de reforzamiento.
Posteriormente las recompensas no se utilizaran como señales para asumir una postura subordinada, en lugar de esto sólo se le presentan al perro una vez que asume un comportamiento correcto o señales de que lo asume. Finalmente las recompensas de comida se descontinúan. Puede ser benéfico reforzar al perro periódicamente con un reforzamiento social con palabras y caricias.
Las técnicas deben ser realizadas con mucha precisión, es muy importante que el propietario no provoque una respuesta agresiva y no recompense inadvertidamente un comportamiento inapropiado. Es critico emparejar las recompensas con el comportamiento correcto, el médico veterinario, en las sesiones puede ayudar al dueño a identificar las expresiones de dominancia que pudiesen ser peligrosas para el propietario, (en estos casos el contar con un entrenador dirigido y supervisado por el clínico es muy útil ya que el entrenador profesional tiene por lo general mas experiencia en el manejo), así como los tiempos adecuados para otorgar las recompensas. El Contra condicionamiento hecho de manera equivocada puede ir en contra y el perro tornarse más agresivo, por ejemplo, si el dueño inadvertidamente provoca un gruñido y le da la recompensa al perro cuando cesa de gruñir, el efecto es que reforzó el comportamiento de gruñir. Si durante el curso de la terapia, el perro gruñe o amenaza al dueño, la respuesta apropiada del dueño varía considerablemente dependiendo del caso individual. Si existe la posibilidad de que sea atacado y mordido, es mejor para el o ella retraerse y permanecer a una distancia segura sin mantener contacto visual con el perro hasta que el perro cese de gruñir, entonces el dueño puede re aproximarse o no al perro. Ya que muchos problemas de agresión por dominancia han existido durante varios meses o incluso años, si el dueño del perro se retrae esto no afectara significativamente el tratamiento.
Solo después que el dueño ha comenzado a contrarrestar la jerarquía dominante, este comienza a contratacar las amenazas del perro, la conducta mas segura para hacerse valer por parte del propietario, es mirar fijamente al perro desde una posición y lugar segura, la mirada debe de permanecer fija hasta que el perro desvíe la mirada o deje de gruñir, el dueño tiene varias opciones como continuar mirando al perro unos segundos mas antes de retirarse, re exponer al perro a bajos niveles de estimulo que inicialmente provocaba el gruñido, o aproximarse mas al perro, mirándolo fijamente. Si el perro aumenta su gruñido, el dueño puede continuar mirándolo fijamente para evaluar si la agresión puede ser abatida. Si el perro aumenta posteriormente sus amenazas, el dueño no se encuentra a distancia segura y debe incrementar la distancia entre el y el perro. Comenzar esta técnica a una distancia muy próxima es como permitir que el perro muerda, solo podemos reducir la distancia con el tiempo o si la agresión es muy leve o el perro muy pequeño.
Tanto como la jerarquía dominante /subordinado continué cambiando, el dueño puede implementar la técnica de mirar fijamente cada ves más cerca, conforme el dueño gane más control sobre el perro, el dueño puede contar con más medidas dominantes, las cuales se introducirán hacia el perro, el dueño puede contar con más medidas dominantes, las cuales se introducirán hacia el perro, medidas de mas fuerza que pueden involucrar tocarlo o gentilmente empujarlo, agarrar al perro por el hocico, el cuello o la espalda, o bien dar la orden de echado y realizarlo forzosamente, de manera conjunta se emite la orden para crear el condicionamiento, estas ultimas técnicas no deben intentarse a menos que el podamos predecir la respuesta del perro, y que este actuara subordinadamente.
Otra forma es una aproximación directa utilizando en el perro un bozal exponiéndolo al estimulo que provoca la agresión mostrándole en ese momento el liderazgo del dueño, repitiendo estas técnicas lograremos la sumisión del paciente hacia su dueño.
El uso de bonzales de cabeza se están volviendo cada día más populares y es una excelente opción, ya que no daña al perro y asumen de manera casi inmediata la subordinación.
Es importante no olvidar los siguientes puntos: